Por Ruth Vásquez
En la historia de la ciencia no hay quien
deje de considerar a Newton. Fue un emblema del razonamiento en el periodo de la Ilustración,
Si preguntas por el nombre de un científico, te responderán Newton, Einstein o
Darwin. Sin embargo hay un misterio que rodea la vida de este hombre cuando se revela que fue un alquimista, que escribió sobre religión, rechazando la
Trinidad y aceptando la herejía.[1]
Cuando Sir Isaac Newton murió en 1727,
dejó tras de sí una enorme pila de papeles sin testamento. Su correspondencia, notas y manuscritos
estaban estimadas en 10 millones de palabras, lo suficiente como para llenar
aproximadamente 150 libros de largas novelas. Con páginas y páginas conteniendo
brillantez científica y matemática. Y también páginas que revelarían otra
faceta de
Newton, un lado que sus descendientes trataron de ocultar al público.
En vida, Newton fue aclamado como un
eminente científico y matemático de genio sin par. Newton también estudió
alquimia y religión. Escribió un análisis forense de la Biblia, en un esfuerzo
por descifrar las divinas profecías. Sostuvo opiniones religiosas no ortodoxas,
rechazando la doctrina de la Santísima Trinidad. Después de su muerte , el
heredero de Newton, John Conduitt , el esposo de su media sobrina Catalina
Barton, tuvo el temor de que Newton considerado uno de los padres de la
Ilustración se diera a conocer como un hereje obsesivo. Por ello, durante
cientos de años pocas personas tuvieron acceso a su trabajo. Fue sólo en la
década de 1960 en que algunos de los papeles de Newton fueron ampliamente
publicados.
[1]DRY, Sarah, The Newton Papers. The Strange and
True Oddyssey of Isaacs Newton Maniscripts.
Author Sarah Dry
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