Con afecto de Ruth Vásquez
Imágenes Educarte
Jorge, que no sabía lo que era el eco, se
divertía en la montaña montado sobre un palo de escoba y en gritar:
-¡Arre! ¡Arre!
Inmediatamente oyó las mismas palabras en
el bosque cercano.
Creyendo que alguien se hubiera
escondido, pregunto:
-¿Quien eres tu?
La voz misteriosa repitió
inmediatamente:-
¿Quien eres tu?
Jorge, lleno de furor, grito entonces: -
Tú
eres un idiota.
En seguida la misteriosa voz repitió las
mismas palabras.
Jorge montó en cólera y lanzo palabras
cada vez mas injuriosas contra el desconocido que suponía escondido; pero el
eco se las devolvía con la máxima fidelidad.
Jorge fue hacia donde creía le
respondían, descubrir al insolente y vengarse de el, pero no encontró a nadie.
Entonces marcho a su casa, y fue a consolarse con su mama a quien le comento lo
sucedido.
“Hijo, te has engañado, pues lo que has
oído ha sido el eco de tus mismas palabras” - le dijo la madre -.
“Si tu hubieras dicho en alta voz una
palabra afectuosa, la voz de que hablas te hubiera respondido también en
términos afectuosos.
”Lo mismo sucede en la vida y surgen
dificultades para establecer una buena comunicación.
Por lo común, el proceder de los demás
para con nosotros es el eco de nuestra conducta para con ellos. Escucha bien, Todo es como en frente a un espejo....
Si somos educados con los demás, los
demás lo serán con nosotros.
Si, en cambio, somos descorteses y
groseros con nuestros semejantes, no tenemos derecho a esperar ser tratados de
diferente manera.
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