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sábado, 7 de septiembre de 2013

La ley del carro de la basura

Por Ruth Vásquez
Un día me subí a un taxi, me iba para el aeropuerto.

El chofer que me llevaba guiaba el carro por el carril derecho de la pista, cuando de repente un coche negro apareció de improviso desde su parqueo delante de nosotros.

Mi taxista pisó los frenos, y las llantas derraparon en la pista. Se podía oler el olor a quemado de las llantas, pero con la frenada evitó que chocáramos con el otro auto por centímetros!

El conductor del otro coche, giró su cabeza y empezó a gritarnos.


Mi taxista sólo sonrió y saludó con la mano al tipo. 
Y cuando digo que lo saludo con la mano, quiero explicarles que lo hizo de manera muy amable.

Así que le pregunte ¿Por que saludas si ese conductor nos gritó de manera ofensiva?
Ese tipo casi choco el carro donde íbamos y nos podía haber mandado directo al hospital!

Fue entonces cuando mi taxista me enseñó lo que ahora llamo:

"La Ley del carro de la basura.”
Mi taxista me explicó que muchas personas son como los carros de la basura. Corren por aquí y por allá llenos de basura, llenos de frustración, llenos de ira y de decepción.

A medida que van cargándose más y más de basura, llegan a estar hasta el tope, y comienzan a necesitar un lugar para botarla, y a veces la quieren botar encima de uno.

Despues de escucharlo, lo tome como una experiencia, no algo personal, y sonreí, había que entender el mensaje, sentirse bien, y no dejarse contagiar para seguir con nuestras vidas.

El consejo


No tomemos nuestra basura con nosotros y no contagiemos a otras personas en el trabajo, en casa o en la calle.


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