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viernes, 26 de julio de 2013

El mito del Cóndor, Cusco, Perú

Se dice que en una comunidad, un hombre vivía con su hija. La hija pastaba las ovejas, llamas y otros animales.

Cada día un joven vestido con elegancia iba a visitarla. Tenía un traje negro hermoso, chalina blanca, sombrero y todo. Cada día iba a visitar a la mujercita, y se hicieron buenos amigos.
 Jugaban a todo. Un día comenzaron a jugar de esta manera: “Alzame tu y yo te alzaré”.

Bueno, comenzaron el juego, y el joven alzo a la mujercita. Recién cuando la había alzado en alto, la mujercita se dio cuenta de que estaba volando.

lunes, 22 de julio de 2013

TRADICIÓN PERUANA: LA ACHIRANA DEL INCA

Tomado de Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma

El año 1412, el Inca Pachacútec en compañía de su hijo el príncipe Yupanqui y de su hermano Cápac Yupanqui, emprendió la conquista del valle de Ica, cuyos pacífi cos habitantes, no carecían de esfuerzo y elementos para la guerra. 

Por lo que el Inca propuso a los iqueños que se sometiesen a su paternal gobierno. 

Visitando el feraz territorio que acababa de someter, se detuvo en el Pago llamado Tate, cuya propietaria era una anciana a la que acompañaba su bellísima hija. 

jueves, 18 de julio de 2013

Perú: La Leyenda de los Hermanos Ayar

Historias Latinoamericanas
Esta leyenda sobre el origen del linaje Inca, es más antigua que la de Manco Cpac y Mama Ocllo y es además más cercana al pensamiento andino.

Fue recogida entre otros, por el cronista Juan de Betanzos en el año de 1550 aproximadamente y redactada en lenguaje moderno por el historiador Luis E. Valcercel y publicada en 1984 en Historia del Perú antiguo.

Antes de los Incas el Cuzco era un pueblo conformado por 30 moradas habitadas por 30 ayllus cuyo señor de este pueblo se dice Alcaviza; los demás terrenos aledaños eran solo ciénagas y a siete leguas de este se encuentra el cerro Tamputocco o Tambotoco que tiene tres cuevas

miércoles, 17 de julio de 2013

El mito de Inkari

Por Mario Miguel Vallejo B.

Esta es una leyenda que fue recogida en el año de 1955 por Oscar Núñez del Prado, padre de Juan Núñez del Prado que relata el inicio del imperio Inca y de la expectación del regreso del Inca ; leyenda de la creación del pueblo Quero que dice:

En aquellos días , cuando aún no existía el sol, vivía en la tierra un pueblo que tenía gran poder sobre las cosas de la tierra , tanto así que podía hacer caminar a las piedras o convertir una montaña en llanura con un simple disparo de su honda .

La Luna o Mama Quilla brillaba tenuemente sobre su mundo de sombras, dando poca luz para las actividades de esas gentes llamadas: Niaupa machus, los antiguos.

viernes, 12 de julio de 2013

Leyenda: María Lionza, Venezuela

Maria Lionza (Yara) fue una doncella Nívar, hija encantada de un poderoso cacique de Nirgua. 

El Chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos extraños, ojos color verde agua, había que sacrificarla y ofrendarla al Dueño de Agua, al Gran Anaconda por que si no vendría la ruina perpetúa y la extinción de los Nívar. 

Pero su padre fue incapaz de hacerlo. Y escondió a la niña en una cueva de la montaña, con 22 guerreros que la vigilaban e impedían su salida. Ella tenía prohibido verse en los espejos de agua. 

jueves, 11 de julio de 2013

Leyenda: Los atoleros de la parroquia, Guatemala

Esta historia sucedió allá por el año de 1,915, antes de los terremotos del 17. Casi principiaba el siglo y la vida cotidiana se desarrollaba corrientemente en la ciudad de Guatemala. Muy cerca de la iglesia de la Parroquia se improvisaba un pequeño mercado donde la atracción lo constituían las ventas de atol en sus diferentes sabores. Don Herculiano y doña Mina, eran los propietarios de uno de estos negocios que, a base de calidad, luchaban diariamente por vender su producto.

— ¡Pasen… pasen, que tenemos atolillo, atol de tres cocimientos, arroz en leche y, para los que empinaron el codo anoche más de la cuenta, hay atol blanco con su respectivo chile, frijolitos y pepitoria molida! Doña Mina, que con un blanco limpiador le sacaba brillo a los vasos y secaba las escudillas de barro, frenó en sus gritos a don Herculano. — ¡Callate vos Herculano, ya la gente sabe y sin necesidad de estarte desgalillando nos compran! —a lo que airoso respondió don Herculano: —Vos siempre metiéndote de shute en lo que uno hace, no ves que la competencia está juerte y si nos descuidamos la nía Vicenta nos quita la clientela, mejor atendé a la gente y dejá de estar regañando.

miércoles, 10 de julio de 2013

Leyenda: El Guaraná, Brasil

Tomado de la Colección Orellana N° 22, Leyendas de la Amazonía brasileña

Guaraná significa “parecido a la gente viva”. Es un fruto de la Amazonia usado  para hacer un refresco de sabor dulce y agradable. Es una bebida bastante popular en la región amazónica. 

El origen de este fruto está explicado en la siguiente leyenda.

Una pareja de indios perteneciente a la tribu Maués, vivían juntos durante muchos años sin tener hijos, pero deseaban ser padres. Un día le pidieron a Tupá que les diera un hijo para completar su felicidad. Tupá, el rey de los dioses, que sabía que la pareja era muy bondadosa, les concedió el deseo y les dio un niño muy lindo.

martes, 9 de julio de 2013

Leyenda: A veces la Luna se llama Guidaí, Charrúa, Uruguay

Extraído del libro "Leyendas, mitos y tradiciones de la Banda Oriental" del historiador Gonzalo Abella

Los charrúas conocían las fases de la Luna y su regularidad como las conocen todos los pueblos que observan el cielo. Las Lunas llenas sucesivas marcaban el año lunar, a razón de tres Lunas llenas por estación, pero al llegar a cada solsticio de invierno se aumentaba una Luna para la estación siguiente. Las cuatros estaciones, claro, no se designaban como primavera, verano, otoño e invierno sino por las actividades propias de cada temporada. Cada cierto período de años los ancianos advertían que los ciclos lunares se habían desfasado con relación al solsticio de invierno, y entonces se agregaba otra Luna más a la estación primaveral.

Claro que a nadie se le ocurría que aquel cuerpo esférico fuera una diosa; eso sólo puede ser una invención de los imperios, no de los pueblos sabios.

viernes, 5 de julio de 2013

Leyenda: La Virgen de KA'AKUPE, Paraguay

Es el bosque sembrado de luces, de sombras, de chillidos y cantos. Es la tarde brillante de oros y verdes azulados. Es el paraíso para el muchacho indio que se ha internado en el monte en busca de maderas apropiadas para el trabajo. El indio ha salido de las Misiones con ese objetivo y recorre el monte observando los árboles, la magnificencia del paisaje, las luces, las sombras, los chillidos, los cantos. Los pájaros y los animales han llamado su atención y se ha alejado de las Misiones tal vez demasiado. El indio ha recogido algunas maderas que lleva consigo pero, extasiado ha ido de aquí para allá extraviando el camino. Esconde la madera que ha juntado en un sitio que le parece seguro y comienza a buscar el camino de regreso.
José es el nombre cristiano del indio. Se lo han puesto los misioneros al bautizarlo. José es joven y fuerte. Avanza seguro de sí mismo. Seguro de encontrar el camino de regreso. Pasan las horas y José no puede hallar el camino, tan denso es el bosque que se ha perdido. Ya no podría decir con exactitud ni tan siquiera dónde dejó las maderas que ha recogido para las tallas que se proponía encarar.

Ha aprendido el oficio de tallar la madera y todos en las misiones lo consideran un artista. José es feliz allí. Trabaja para sí inismo y para los demás. Aprende cosas nuevas. Honra a Dios y no le falta nada. ¿Qué más podría pedir?

jueves, 4 de julio de 2013

Leyenda : La Khantuta, Bolivia

Tomado del libro Brujerías, tradiciones y leyendas, de Antonio Paredes Candia

Sentado en una oquedad andina, el dios menor Cuurmi, Arco Iris, lamentábase de su suerte. Soslayando su pena, lanzaba a los vientos, rato a rato, su liwiña tricolor, [la] que formando una gigantesca parábola iba a tocar la cúspide opuesta. Así mataba su tiempo; luego, cansado de su juego y de espectar la belleza que él mismo irradiaba, nuevamente recogía su liwiña para seguir rumiando su tristeza.

Es sin objeto la belleza que dura sólo instantes. ¿De qué sirve que yo sea el poseedor de todos los colores? ¿Por qué debo retenerlos en mí? ¡Oh! triste suerte del Dios
joven, cuya belleza es como un fuego fatuo. ¡Oh, padre Wiracocha, permite que este manantial guardado en mí, aquiete los afanes de belleza, que son sed de amor en esos pobres seres, tus mortales criaturas!

miércoles, 3 de julio de 2013

Leyenda: El Walichú, Argentina

Decían los viejos tehuelches septentrionales que Walichú ó Háleksem había nacido en las tierras de Tandil, donde el accidentado terreno le servía de morada. Desde allí este espíritu maligno extendió su dominio por la Patagonia legendaria...

Es fuerte. Nada escapa a su aguda vigilancia ni a su poder: -¡Roba niños!- y la angustia paraliza a las indias madres. -¡Asusta y petrifica a las mujeres!- y los guerreros saben que sus flechas son inútiles contra él...

Aborígenes de distintas procedencias le han dado nombres diferentes: es gualichú para los quechuas, huecué para los mapuches, halpén para los onas, ieblon para los indios del sur, o hálekasem para los tehuelches. Pero siempre esa palabra se dice con miedos ancestrales.

martes, 2 de julio de 2013

Leyenda: El Rio Hablador, Lima, Perú

Hace mucho, pero mucho tiempo, vivía en la cima celestial el dios sol, conocido también como Inti. Un joven de gran postura y sumamente bondadoso llamado Rimac, quien de cuando en cuando bajaba al mundo de los humanos a contarles bellas historias, por lo que era muy querido y reverenciado.

Un día que acompañado de los demás dioses miraba hacia la tierra por las ventanas del palacio dorado, vio que los llanos junto al mar eran azotados por una grave sequía; las hierbas, las flores y los árboles se marchitaban y los hombres y animales morían de sed.

Los dioses se alarmaron y acudieron al dios Inti, su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua.

lunes, 1 de julio de 2013

Leyenda: El Quinto Sol, Nahua. México.

Fue durante el quinto sol o la quinta era, bajo la adoración de Quetzalcóatl, que los dioses nuevamente se reunieron para establecer una nueva especie humana que poblara la tierra.

Fue cuando Quetzalcóatl se dirigió al Mictlán y habló con Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos. Le manifestó que venía en busca de los huesos preciosos que estaban bajo su custodia.

Mictlantecuhtli no deseaba entregar los huesos así que le pidió que hiciera sonar el caracol que le ofrecía y que efectuara cuatro vueltas alrededor del círculo interior. Pero el caracol no tenía agujero alguno por donde Quetzalcóatl pudiera entrar a darle vueltas. Entonces llamó a los gusanos para que practicaran huecos de los lados rotos y solicitó a las abejas que entraran e hicieran sonar el caracol. Al oírlo, a Mictlantecuhtli no le quedó más remedio que entregar los huesos.

            Inmediatamente se arrepintió por que los huesos pertenecían a las generaciones pasadas y su lugar estaba allí. Ordenó a los dioses del Mictlan que los recuperaran; pero Quetzalcóatl no cedió y al encaminarse hacia donde estaban aquellos huesos envió a su Nahual (su doble) y les hizo creer que volvía para regresarlos.

Estaban por separado los huesos de mujer y los huesos de hombre, sólo era cuestión de amarrarlos y se los llevó.
           
            El señor de los muertos estaba inquieto preguntándose donde estarían los huesos. Quetzalcóatl descendía ya del Mictlan. Mictlantecuhtli pensó que aun era tiempo de recuperar los objetos preciosos y ordenó a sus servidores cavar un hoyo.

Presurosos se adelantaron a Quetzalcóatl, quien cayó muerto en sus profundidades. Había soltado los huesos, que se esparcieron por la superficie. Las codornices que por ahí pasaron los royeron todos y no dejaron uno con forma. Al rato resucitó Quetzalcóatl; angustiado hablaba con su Nahual. Decidieron que la cosa resultara como fuera.


                          En Tomoanchan le esperaba la doncella Quilaztli. Ella molió los raídos huesos y los colocó en una bella vasija mientras Quetzalcóatl descansaba de su misión. Entonces se reunieron los dioses y Quetzalcóatl vertió su sangre sobre el polvillo. Todos hicieron penitencia y al fin decretaron el nacimiento de los macehuales...