Tomado de la Colección Orellana N° 22, Leyendas de la
Amazonía brasileña
Guaraná significa “parecido a la gente viva”. Es un fruto de
la Amazonia usado para hacer un refresco
de sabor dulce y agradable. Es una bebida bastante popular en la región
amazónica.
El origen de este fruto está explicado en la siguiente leyenda.
Una pareja de indios perteneciente a la tribu Maués, vivían
juntos durante muchos años sin tener hijos, pero deseaban ser padres. Un día le
pidieron a Tupá que les diera un hijo para completar su felicidad. Tupá, el rey
de los dioses, que sabía que la pareja era muy bondadosa, les concedió el deseo
y les dio un niño muy lindo.
El tiempo pasó rápidamente y el niño creció siendo hermoso,
generoso y bueno. Sin embargo Jurupari [1],
el dios de la oscuridad, sentía una gran envidia del niño y de la paz y
felicidad que transmitía, por lo que decidió segar aquella vida en flor.
Un día, el niño fue a colectar frutos al campo y Jurupari
aprovechó la ocasión para consumar su venganza. Se transformó en una serpiente
venenosa y mordió al niño, matándolo al instante.
La triste noticia se difundió rápidamente. En ese momento,
hicieron eco los truenos y fuertes relámpagos cayeron en la aldea. La madre,
que lloraba desesperadamente, entendió que los truenos eran un mensaje de Tupá,
diciéndole que debería plantar los ojos del niño y que de ellos crecería una
nueva planta que daría sabrosos frutos.
Los indios obedecieron los pedidos de la madre y plantaron
los ojos del niño. En ese lugar creció el guaraná, cuyas semillas son negras,
cada una con un anillo alrededor, imitando los ojos humanos. Esa planta trajo el
progreso de la tribu debido al abundante comercio. Y como confirman los
sabios, da vida, fortalece a los jóvenes y revigoriza a los mayores.
[1] Jurupari
es el todopoderoso señor de las selvas. El mito de Jurupari es el más conocido
por toda la Amazonia. Nacido de una virgen, se transformó en el
líder de su pueblo aún siendo un niño, y llegó a ser identificado como el diablo por los primeros
misioneros. Mientras que Tupá se sincretizaba como el dios cristiano, Jurupari representaba al demonio.
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