UN PUEBLITO QUE QUEDABA JUNTO AL CIELO
Hace muchos, muchos años existía un país maravilloso por su naturaleza y dentro de él un pueblito más maravilloso aún. Allí vivían las perdices, los zorrinos, las chinas lindas, los conejos, los cuyes, los indios pishgos y los signos.
Todos eran felices, pues tenían: los manantiales tan cristalinos que con los rayos dl sol, brillaban como si fuesen diamantes; el pasto más verde; los árboles más altos y frondosos; el cielo tan azul que envolvía al pueblito como protegiéndolo y los cerros más grandes que parecían gigantes indestructibles.
Las perdices, ellas se encargaban de abonar la tierra para que los demás siembren. Eran las más trabajadoras.
Los conejos, eran los más numerosos, se ocupaban de sembrar las hortalizas; legumbres y tubérculo, entre los cuales estaban las zanahorias más grandes y jugosas.
Los cuyes, se encargaban de sembrar y cosechar la alfalfa, para vender a los pueblos cercanos.
Los zorrinos, encargados de recoger el icho para hacer los adobes y construir las casas.
Las chinas lindas se encargaban de cuidar desde lo alto al pueblito y avisar cuando había algún peligro tenían como jefe al “Capitán”.
La máxima autoridad era uno de los Signos; “Don Shingo”; quién se ocupaba de velar por el pueblo y hacer cumplir las leyes que los regía.
“Y así pasaban los años , y venía una y otra generación; siguiendo sus costumbres, y con sus virtudes y defectos eran felices”
Pero un día; cuando, se encontraban más felices, pues estaban haciendo los preparativos para la boda del “Capitán”. Se escuchó un gran estruendo, las chinas lindas tomaron vuelo y fueron a ver de que se trataba; y al mirar hacia abajo no podían creer lo que sucedía: era un gigante; que en cada paso que daba destruía todo. Inmediatamente fueron al representante del pueblo; “Don Shingo”.
El “Capitán” le dijo que tenían que luchar contra el gigante, pero “Don Shingo” dijo que sólo estaba de paso y que no haría daño.
Así pasaron muchos años y el gigante no se iba .
Mientras tanto; la tierra pisoteada por los pasos del gigante se volvió árida; las aguas cristalinas se convirtieron en lodo y el pasto ya no crecía.
El “El Capitán” desesperado, fue a ver a “Don Shingo” nuevamente, y la respuesta fue la misma y con más indiferencia que la de antes; entonces el “El Capitán’ se dio cuenta que los había traicionado.
El gigante, había hecho creer a “Don Shingo ” que si le permitía quedarse, iba a ser tan poderoso como él, lo que fue el error más grande que “Don Shingo” tuvo.
El “Capitán” quiso levantar al pueblo, pero no pudo, ya que “Don Shingo” era muy astuto.
Hasta que un día ya no se volvió a escuchar el trino de los indios pishgos; los cerros que parecían indestructibles se cayeron por pedazos; el cielo azul se volvió gris y aquel pueblo lleno de ilusiones dejó de existir.
FIN.
NOMBRES Y APELLIDOS : Leonora García Zárate
SEUDÓNIMO : Kleyo
CENTRO EDUCATIVO PARROQUIAL : Inmaculada Concepción
PUESTO : Primero
CATEGORÍA : C
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