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viernes, 20 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
Cuento para pensar...
Cuento corto de García Márquez
Imagen de Educarte
Transcrito por Ruth Vásquez
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba.
Imagen de Educarte
Transcrito por Ruth Vásquez
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Pegue la estampilla en el ángulo superior derecho del sobre, cuento de Julio Cortázar
Del Libro: Bestiario
Cuento: Pegue la
estampilla en el ángulo superior derecho del sobre
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Un fama y un cronopio son muy amigos y van juntos al correo
a despachar unas cartas a sus esposas que viajan por Noruega gracias a la
diligencia de Thos. Cook & Son. El fama pega sus estampillas con
prolijidad, dándoles golpecitos para que se fijen bien, pero el cronopio lanza
un grito terrible sobresaltando a los empleados, y con inmensa cólera declara
que las imágenes de los sellos son repugnantes de mal gusto y que jamás podrán
obligarlo a prostituir sus cartas de amor conyugal con semejantes tristezas. El
fama se siente muy incómodo porque ya ha pegado sus estampillas, pero como
lunes, 25 de noviembre de 2013
Soñó que estaba preso, cuento de Mario Benedetti
Libro: Buzón de
tiempo
Cuento: Soñó que
estaba preso
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Aquel preso soñó que estaba preso. Con matices, claro, con
diferencias. Por ejemplo, en la pared del sueño había un afiche de París; en la
pared real sólo había una oscura mancha de humedad. En el piso del sueño corría
una lagartija; desde el suelo verdadero lo miraba una rata. El preso soñó que
estaba preso. Alguien le daba masajes en la espalda y él empezaba a sentirse
mejor. No podía ver quién era, pero estaba seguro de que se trataba de su
madre, que en eso era una experta. Por el amplio ventanal entraba el sol
mañanero y él lo recibía como una señal de libertad. Cuando abrió los ojos, no
había sol. El ventanuco con barrotes (tres palmos por dos) daba a un pozo de
aire, a otro muro de sombra. El preso soñó que estaba preso. Que tenía sed y
bebía abundante agua helada. Y el agua le
lunes, 18 de noviembre de 2013
El milagro secreto, cuento de Jorge Luis Borges
Cuento: El Milagro
Secreto
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Y Dios lo hizo morir durante cien años y luego lo animó y le dijo:
—¿Cuánto tiempo has estado aqui?—Un dia
o parte de un dia— respondió. ALCORAN, II, 261.
La noche del catorce de marzo de
1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladik, autor de
la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un
exámen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo
ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la partida
había sido entablada hace muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado
premio, pero se murmuraba que era enorme y quizás infinito; las piezas y el
tablero estaban en una torre secreta; Jaromir (en el sueño) era el primogénito
de una de las familias hostiles; en los relojes resonaba la hora de la
impostergable jugada; el soñador corría por las arena de un desierto lluvioso y
no lograba recordar las figuras ni las leyes del ajedrez. En ese punto, se
despertó. Cesaron los estruendos de la lluvia y de los terribles relojes. Un
ruido acompasado y unánime, cortado por algunas voces de mando, subía de la
Zeltnergasse. Era el amanecer; las blindadas vanguardias del Tercer Reich
entraban en Praga.
lunes, 11 de noviembre de 2013
El Carpintero, cuento de Eduardo Galeano
Cuento: El carpintero
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Orlando Goicoechea reconoce las maderas por el olor, de qué
árboles vienen, qué edad tienen, y oliéndolas sabe si fueron cortadas a tiempo
o a destiempo y les adivina los posibles contratiempos.
El es carpintero desde que hacía sus propios juguetes en la azotea
de su casa del barrio de Cayo Hueso. Nunca tuvo máquinas ni ayudantes. A mano
hace todo lo que hace, y de su mano nacen los mejores muebles de La Habana:
mesas para comer celebrando, camas y sillas que te da pena levantarte, armarios
donde a la ropa le gusta quedarse.
Orlando trabaja desde el amanecer. Y cuando el sol se va de
la azotea, se encierra y enciende el video. Al cabo de tantos años de trabajo,
Orlando se ha dado el lujo de comprarse un video, y ve una película tras otra.
No sabía que eras loco por el cine le dice un vecino.
Y Orlando le explica que no, que a él el cine ni le va ni le
viene, pero gracias al video puede detener las películas para estudiar los
muebles.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Es que somos muy pobres, cuento de Juan Rulfo
Cuento: Es que
somos muy pobres
Del Libro: El
llano en llamas
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza,
comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la
cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de
repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder
aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos
arrimados debajo del tejaván, viendo cómo el agua fría que caía del cielo
quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.
Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir
doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se
la había llevado el río. El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la
madrugada.
Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía
el río al arrastrarse me hizo despertar enseguida y pegar el brinco de la cama
con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el
techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del
río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.
lunes, 28 de octubre de 2013
Espantos de agosto, cuento de Gabriel García Márquez
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Llegamos a Arezzo un poco antes del medio día, y perdimos
más de dos horas buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano
Miguel Otero Silva había comprado en aquel recodo idílico de la campiña
toscana. Era un domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no
era fácil encontrar a alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de
turistas. Al cabo de muchas tentativas inútiles volvimos al automóvil, abandonamos
la ciudad por un sendero de cipreses sin indicaciones viales, y una vieja
pastora de gansos nos indicó con precisión dónde estaba el castillo. Antes de
despedirse nos preguntó si pensábamos dormir allí, y le contestamos, como lo
teníamos previsto, que sólo íbamos a almorzar.
– Menos mal – dijo ella – porque
en esa casa espantan.
lunes, 21 de octubre de 2013
Espero curarme de ti, cuento de Jaime Sabines
Tomado de Cuentos
no clasificados de la Página de Cuentos
Imagen Educarte
Transcrito por
Ruth Vásquez
Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una semana se pueden reunir todas las palabras de
amor que se han pronunciado sobre la
tierra y se les puede prender fuego.
Te
voy a calentar con esa hoguera del amor
quemado.
Y también el silencio.
miércoles, 16 de octubre de 2013
El Hombre perfecto, cuento de Sergio Cossa
Tomado de Falsaria
Transcrito por Ruth Vásquez
Pasó su vida en busca de la perfección,
desde los primeros dibujos escolares, los cuales debían armonizar entre líneas
y colores.
Durante sus estudios jamás aceptó como
válida una nota que no fuera excelente y, gracias a esa capacidad consumada, se
convirtió en un profesional intachable.
Sus empleados padecieron su furor por la
excelsitud y terminaron en la calle ante el mínimo desliz. Éxito y fama
llegaron como lógico resultado, como así también la
miércoles, 9 de octubre de 2013
La foto salió movida, cuento de Julio Cortázar
Del Libro Historias de Cronopios y de
Famas
Imagen Educarte
Transcrito por Ruth Vásquez
Un cronopio va a abrir la puerta de
calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una
caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que
si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se
hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave,
puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y la azucarera
llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del teléfono llena de
música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los
floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos
de tranvías.
Así es que este cronopio se aflige
horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo esta algo
ladeado lo que ve es el paraguero del zaguán, y sus presunciones se confirman y
estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para que.
Los famas vecinos acuden a consolarlo, y
también las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su
desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber,
no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de
Samuel Smiles.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Un día de éstos, cuento de Gabriel García Márquez
Del Libro Los funerales de Mamá Grande
Imagen Educarte
Transcrito por Ruth Vásquez
El lunes amaneció tibio y sin lluvia. Don
Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete a las
seis. Sacó de la vidriera una dentadura postiza montada aún en el molde de yeso
y puso sobre la mesa un puñado de instrumentos que ordenó de mayor a menor,
como en una exposición. Llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba
con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Era
rígido, enjuto, con una mirada que raras veces correspondía a la situación, como
la mirada de los sordos.
Cuando tuvo las cosas dispuestas sobre la
mesa rodó la fresa hacia el sillón de resortes y se sentó a pulir la dentadura
postiza. Parecía no pensar en lo que hacía, pero trabajaba con obstinación,
pedaleando en la fresa incluso cuando no se servía de ella.
Después de la ocho hizo una pausa para
mirar el cielo por la ventana y vio dos gallinazos pensativos que se secaban al
sol en el caballete de la casa vecina. Siguió trabajando con la idea de que
antes del
sábado, 28 de septiembre de 2013
Decálogo del Escritor, de Augusto Monterroso
Tomado de Falsaria
Transcrito por Ruth Vásquez
Algunos dicen que para ser un escritor
solo hace falta eso, escribir.
Otros, un poco más apocados, plantean
reglas, métodos, dinámicas de trabajo o, como mínimo, leer un libro (como
mínimo) al mes. No cualquier libro. Como sea, escribir, o escribir bien, es, a
gusto de quien teclea estas líneas, la ciencia de la paciencia. Y como
toda ciencia es bueno tener algunas pautas interesantes a la hora
sentarte y plasmar sobre el pape (o pantalla) tus primeras líneas.
En este sentido, Augusto Monterroso
nos da diez (o doce) concejos para tener en cuenta.
Primero.
Cuando
tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.
No
escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para
tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso,
pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Me encanta Dios, cuento de Jaime Sabines
Tomado de cuentos no clasificados de la
Página de Cuentos
Imagen Educarte
Transcrito por Ruth Vásquez
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico
que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la
mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede
porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos
excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan
que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe
que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la
pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para
que la vida - no tú ni yo - la vida, sea para siempre.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Fura-Tena, Leyenda muza, de Colombia.
(La Leyenda del origen de las esmeraldas)
Transcrita por Ruth Vásquez
Tras crear al mundo, Are se extasió con su creación; sin embargo
percibía que no estaba del todo completa aun.
Caminando por un río vió unos juncos y
tomando un par de ellos, inspirado, formó con uno una figura esbelta, graciosa
y bella a la que llamó Fura, mujer; del otro junco elaboró a Tena, hombre. Con
su soplo las figuras cobraron vida convirtiéndose en una bellísima pareja. Are
les animó a reproducirse por tiempos sin fin, manifestándoles que serían
siempre felices, sin conocer el dolor, las enfermedades, las desdichas o la
muerte siempre y cuando respetaran su mandato de ser fieles.
Fura y Tena vivían felices en el precioso valle, poblando la tierra....
viernes, 13 de septiembre de 2013
Ramiquirí e Iraca, Leyenda muisca o chibcha, de Colombia.
Transcrita por Ruth Vásquez
El cacique de Iraca y su sobrino Ramiquirí gobernaban sobre
la tierra en una noche absoluta.
Para resolver la situación, el cacique de Iraca decidió que
su sobrino ascendiera sobre los cielos y trajera la luz. Este se dirigió
vertiginosamente hacia las alturas y de pronto se transformó en un astro
incandescente y luminoso: Ramiquirí se había convertido en el sol.
Pero su tío no estaba satisfecho del todo pues una parte del
día se hallaba aun en tinieblas y esto le recordaba a la humanidad, con miedo y
tristeza, la época en que todo era tinieblas.
jueves, 12 de septiembre de 2013
El árbol de la vida o el árbol de todos los frutos
¿Donde queda el Cerro Autana?
Leyenda Jivi ( Guajiva ), Relatada por Luis Blanco,
Resumen: América Millán
Por Ruth Vásquez
En
el Amazonas viven, entre otros unos indígenas llamados Jivi o Guajibos que
tienen una forma poética de explicar el mundo que los rodea, poseen una gran
riqueza musical con variados cantos y bailes. Tienen los Jivi además un tesoro
en literatura oral, es decir mitos, cuentos y leyendas que los mayores cuentan
a los más pequeños para que nunca se olvide.
Y así, de abuelo a nieto, mantener la tradición...
Caliebirri-Nae Cudeido es la leyenda de cómo el árbol de
todas las frutas se convirtió en el Cerro Autana, y de cómo los animales, que
habitaban el pueblo llamado Cudeido, lograron tumbarlo y que las semillas de
todos los frutos se regaran sobre la tierra.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Bachué, Leyenda muisca o chibcha. Colombia.
Transcrita por Ruth Vásquez
Una
mañana tibia y primaveral la luz del sol se reflejaba en la laguna de
Iguaqué...de pronto su superficie se estremece y de entre las suaves ondas del
brumoso ojo de agua emerge una hermosa mujer coronada de guirnaldas que de la
mano trae a un niño de tres años. Tranquilamente se deslizan sobre las aguas;
por primera vez unos pies humanos tocaban la tierra firme.
Transcurrió el tiempo y bajo el cuidado de Bachué el niño
creció y se convirtió en hombre. Fue entonces cuando se desposaron.
martes, 10 de septiembre de 2013
El Cuento de las “Buenas Noches”
Andrés Díaz Marrero
(Dedicado a la escritora portorriqueña, Isabelita Freire
Vda. de Matos Paoli)
Por Ruth Vásquez
Hace mucho tiempo existía un lejano lugar en donde nadie
dormía. Ni grandes ni chicos, ni varones ni hembras dormían. En fin, lo que se
dice nadie. ¡Nadie dormía! Durante el día los mayores trabajaban y los más
chicos estudiaban y jugaban como es costumbre. Al anochecer se sentaban o se
acostaban a descansar, pero, eso sí, sin dormir un sólo instante, porque a
pesar del cansancio no lograban hacerlo. El tiempo de la noche lo pasaban
conversando. Los adultos eran más conversadores que los niños, que por haber
jugado mucho durante las horas del día sólo sentían deseos de tararear alguna
que otra canción. Así que, tanto los mayores como los chicos, terminaban con un
enorme aburrimiento; bien sea mirando al techo o contemplando fijamente la
triste superficie de las paredes. Los adultos terminaban hinchados de silencio;
porque después de hablar, hablar y hablar se les cansaba la lengua y las
palabras se negaban a salir de sus bocas. Todo esto ocurría en el transcurso de
la noche. Y como sabemos que detrás de cada día llega la noche, bien podemos
imaginar como se sentían.
lunes, 9 de septiembre de 2013
El Ñandú, Leyenda mocoví
Graciela Repún (recopiladora), Ilustrado por Rodrigo
Folgueira [1]
Por Ruth Vásquez
¡Ahí va el joven indio Nemec! ¡Ahí va el ñandú!
Nemec va escondido, el ñandú va a carrera abierta.
Nemec lo persigue, siempre a distancia, una distancia que
no puede acortar.
Hace tanto que Nemec persigue al ñandú que ya no desea
alcanzarlo.
El cazador admira a su presa.
Admira su rapidez, la gracia para correr, sus fabulosas
plumas.
Sus lamentablemente fabulosas plumas... Porque por ellas
lo persigue Nemec.
El jefe de la tribu las necesita para renovar su tocado.
Cuanto más bellas plumas de ñandú tenga en el tocado, más
demostrará el jefe su poder.
Y con esa misión ha enviado el jefe a Nemec. Conseguir
plumas de ñandú para un tocado nuevo
sábado, 7 de septiembre de 2013
La ley del carro de la basura
Por Ruth Vásquez
Un día me subí a un taxi, me iba para el aeropuerto.
El chofer que me llevaba guiaba el carro por el carril derecho de la pista, cuando de
repente un coche negro apareció de improviso desde su parqueo delante de
nosotros.
Mi taxista pisó los frenos, y las llantas derraparon en la
pista. Se podía oler el olor a quemado de las llantas, pero con la frenada evitó que
chocáramos con el otro auto por centímetros!
El conductor del otro coche, giró su cabeza y empezó a
gritarnos.
miércoles, 28 de agosto de 2013
El viejo Pescador
Historia tomada de Motivational Radings
Traducida y adaptada por Jorge Contreras
Nuestra casa estaba justo al cruzar la calle de la entrada de la clínica del Hospital Johns Hopkins en Baltimore. Vivíamos en la parte de abajo y alquilábamos las habitaciones de arriba a los pacientes que venían a la clínica.
Una tarde de verano mientras preparaba la cena, alguien tocó a la puerta.
Al abrirla, vi a un hombre de aspecto verdaderamente horrible. "era apenas más alto que mi hijo de ocho años de edad," pensé mientras lo miraba como encorvado y con el cuerpo encogido. Y lo más terrible era su cara torcida con una hinchazón, roja y cruda.
Sin embargo, su voz sonó agradable cuando dijo: "Buenas noches. Siguió diciendo: He
Traducida y adaptada por Jorge Contreras
Nuestra casa estaba justo al cruzar la calle de la entrada de la clínica del Hospital Johns Hopkins en Baltimore. Vivíamos en la parte de abajo y alquilábamos las habitaciones de arriba a los pacientes que venían a la clínica.
Una tarde de verano mientras preparaba la cena, alguien tocó a la puerta.
Al abrirla, vi a un hombre de aspecto verdaderamente horrible. "era apenas más alto que mi hijo de ocho años de edad," pensé mientras lo miraba como encorvado y con el cuerpo encogido. Y lo más terrible era su cara torcida con una hinchazón, roja y cruda.
Sin embargo, su voz sonó agradable cuando dijo: "Buenas noches. Siguió diciendo: He
miércoles, 21 de agosto de 2013
Dos Cuentos de Briscila Degregori: El León y el espadachin. Los invitamos a verlos
En este artículo les presentamos estos dos bonitos cuentos ilustrados por la narradora peruana Briscila
Degregori, presentados en el Festival de narración oral "Déjame que te cuente" de la ciudad de Huamanga, departamento de Ayacucho, que nos dejan enseñanzas dignas de seguir.
Degregori, presentados en el Festival de narración oral "Déjame que te cuente" de la ciudad de Huamanga, departamento de Ayacucho, que nos dejan enseñanzas dignas de seguir.
jueves, 15 de agosto de 2013
La Leyenda de Tampu Lerocc
Por los años de 1360 después del diluvio y del tremendo
maremoto que azoto las costas tallanas hasta Ferreñafe, llegó al valle con
tremendo séquito de "gentiles" (ejército real) luego de haber
sometido tras cuenta y larga guerra a los Chimú, el Inca Pachacutec, con tanto
estrepito que hubo temor ante el retumbar del Pututo y de los tambores
multitudinarios.
Se dice que los Curacas étnicos Mec-Non, Melén, Ñapicca,
Colpawal, Ñari-wallac, Mecca Amo y otros concentraron a sus súbditos en este
antiquísimo pueblo para tomar medidas urgentes en la creencia de que el Inca
venía en pos de guerra, pero luego se enteraron que era un Rey del Cuzco,
poderoso e invencible que lejos de buscar la destrucción, traía un mensaje
paternal de ayuda, de enseñanza y de transformación social.
Es entonces que los curacas avisaron a los "gentiles
visitantes" con sus chasquis, que el pueblo rogaba al monarca acercarse
sin tregua para rendirle homenaje de sometimiento y obediencia. De este modo,
estando el Inca entre ellos, fueron celebradas fiestas con ritos étnicos que
duraron hasta días después que el Inca abandonó la comarca prosiguiendo su
marcha al norte.
viernes, 26 de julio de 2013
El mito del Cóndor, Cusco, Perú
Se dice que en una comunidad, un hombre vivía con su hija.
La hija pastaba las ovejas, llamas y otros animales.
Cada día un joven vestido con elegancia iba a visitarla.
Tenía un traje negro hermoso, chalina blanca, sombrero y todo. Cada día iba a
visitar a la mujercita, y se hicieron buenos amigos.
Jugaban a todo. Un
día comenzaron a jugar de esta manera: “Alzame tu y yo te alzaré”.
Bueno, comenzaron el juego, y el joven alzo a la mujercita.
Recién cuando la había alzado en alto, la mujercita se dio cuenta de que estaba
volando.
lunes, 22 de julio de 2013
TRADICIÓN PERUANA: LA ACHIRANA DEL INCA
Tomado de Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma
El año 1412, el Inca Pachacútec en compañía de su hijo el príncipe Yupanqui y de su hermano Cápac Yupanqui, emprendió la conquista del valle de Ica, cuyos pacífi cos habitantes, no carecían de esfuerzo y elementos para la guerra.
Por lo que el Inca propuso a los iqueños que se sometiesen a su paternal gobierno.
Visitando el feraz territorio que acababa de someter, se detuvo en el Pago llamado Tate, cuya propietaria era una anciana a la que acompañaba su bellísima hija.
El año 1412, el Inca Pachacútec en compañía de su hijo el príncipe Yupanqui y de su hermano Cápac Yupanqui, emprendió la conquista del valle de Ica, cuyos pacífi cos habitantes, no carecían de esfuerzo y elementos para la guerra.
Por lo que el Inca propuso a los iqueños que se sometiesen a su paternal gobierno.
Visitando el feraz territorio que acababa de someter, se detuvo en el Pago llamado Tate, cuya propietaria era una anciana a la que acompañaba su bellísima hija.
jueves, 18 de julio de 2013
Perú: La Leyenda de los Hermanos Ayar
Historias Latinoamericanas
Esta leyenda sobre el origen del linaje Inca, es más antigua que la de Manco Cpac y Mama Ocllo y es además más cercana al pensamiento andino.
Esta leyenda sobre el origen del linaje Inca, es más antigua que la de Manco Cpac y Mama Ocllo y es además más cercana al pensamiento andino.
Fue recogida entre otros, por el cronista Juan de Betanzos
en el año de 1550 aproximadamente y redactada en lenguaje moderno por el
historiador Luis E. Valcercel y publicada en 1984 en Historia del Perú antiguo.
Antes de los Incas el Cuzco era un pueblo conformado por 30
moradas habitadas por 30 ayllus cuyo señor de este pueblo se dice Alcaviza; los
demás terrenos aledaños eran solo ciénagas y a siete leguas de este se
encuentra el cerro Tamputocco o Tambotoco que tiene tres cuevas
miércoles, 17 de julio de 2013
El mito de Inkari
Por Mario Miguel Vallejo B.
Esta es una leyenda que fue recogida en el año de 1955 por
Oscar Núñez del Prado, padre de Juan Núñez del Prado que relata el inicio del
imperio Inca y de la expectación del regreso del Inca ; leyenda de la creación
del pueblo Quero que dice:
En aquellos días , cuando aún no existía el sol, vivía en la
tierra un pueblo que tenía gran poder sobre las cosas de la tierra , tanto así
que podía hacer caminar a las piedras o convertir una montaña en llanura con un
simple disparo de su honda .
La Luna o Mama Quilla brillaba tenuemente sobre su mundo de sombras,
dando poca luz para las actividades de esas gentes llamadas: Niaupa machus, los
antiguos.
viernes, 12 de julio de 2013
Leyenda: María Lionza, Venezuela
Maria Lionza (Yara) fue una doncella Nívar, hija encantada de un poderoso cacique de Nirgua.
El Chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos extraños, ojos color verde agua, había que sacrificarla y ofrendarla al Dueño de Agua, al Gran Anaconda por que si no vendría la ruina perpetúa y la extinción de los Nívar.
Pero su padre fue incapaz de hacerlo. Y escondió a la niña en una cueva de la montaña, con 22 guerreros que la vigilaban e impedían su salida. Ella tenía prohibido verse en los espejos de agua.
El Chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos extraños, ojos color verde agua, había que sacrificarla y ofrendarla al Dueño de Agua, al Gran Anaconda por que si no vendría la ruina perpetúa y la extinción de los Nívar.
Pero su padre fue incapaz de hacerlo. Y escondió a la niña en una cueva de la montaña, con 22 guerreros que la vigilaban e impedían su salida. Ella tenía prohibido verse en los espejos de agua.
jueves, 11 de julio de 2013
Leyenda: Los atoleros de la parroquia, Guatemala
Esta historia sucedió allá por el año de 1,915, antes de los terremotos del 17. Casi principiaba el siglo y la vida cotidiana se desarrollaba corrientemente en la ciudad de Guatemala. Muy cerca de la iglesia de la Parroquia se improvisaba un pequeño mercado donde la atracción lo constituían las ventas de atol en sus diferentes sabores. Don Herculiano y doña Mina, eran los propietarios de uno de estos negocios que, a base de calidad, luchaban diariamente por vender su producto.
— ¡Pasen… pasen, que tenemos atolillo, atol de tres cocimientos, arroz en leche y, para los que empinaron el codo anoche más de la cuenta, hay atol blanco con su respectivo chile, frijolitos y pepitoria molida! Doña Mina, que con un blanco limpiador le sacaba brillo a los vasos y secaba las escudillas de barro, frenó en sus gritos a don Herculano. — ¡Callate vos Herculano, ya la gente sabe y sin necesidad de estarte desgalillando nos compran! —a lo que airoso respondió don Herculano: —Vos siempre metiéndote de shute en lo que uno hace, no ves que la competencia está juerte y si nos descuidamos la nía Vicenta nos quita la clientela, mejor atendé a la gente y dejá de estar regañando.
— ¡Pasen… pasen, que tenemos atolillo, atol de tres cocimientos, arroz en leche y, para los que empinaron el codo anoche más de la cuenta, hay atol blanco con su respectivo chile, frijolitos y pepitoria molida! Doña Mina, que con un blanco limpiador le sacaba brillo a los vasos y secaba las escudillas de barro, frenó en sus gritos a don Herculano. — ¡Callate vos Herculano, ya la gente sabe y sin necesidad de estarte desgalillando nos compran! —a lo que airoso respondió don Herculano: —Vos siempre metiéndote de shute en lo que uno hace, no ves que la competencia está juerte y si nos descuidamos la nía Vicenta nos quita la clientela, mejor atendé a la gente y dejá de estar regañando.
miércoles, 10 de julio de 2013
Leyenda: El Guaraná, Brasil
Tomado de la Colección Orellana N° 22, Leyendas de la
Amazonía brasileña
Guaraná significa “parecido a la gente viva”. Es un fruto de
la Amazonia usado para hacer un refresco
de sabor dulce y agradable. Es una bebida bastante popular en la región
amazónica.
El origen de este fruto está explicado en la siguiente leyenda.
Una pareja de indios perteneciente a la tribu Maués, vivían
juntos durante muchos años sin tener hijos, pero deseaban ser padres. Un día le
pidieron a Tupá que les diera un hijo para completar su felicidad. Tupá, el rey
de los dioses, que sabía que la pareja era muy bondadosa, les concedió el deseo
y les dio un niño muy lindo.
martes, 9 de julio de 2013
Leyenda: A veces la Luna se llama Guidaí, Charrúa, Uruguay
Extraído del libro "Leyendas, mitos y tradiciones de la Banda Oriental" del historiador Gonzalo Abella
Los charrúas conocían las fases de la Luna y su regularidad como las conocen todos los pueblos que observan el cielo. Las Lunas llenas sucesivas marcaban el año lunar, a razón de tres Lunas llenas por estación, pero al llegar a cada solsticio de invierno se aumentaba una Luna para la estación siguiente. Las cuatros estaciones, claro, no se designaban como primavera, verano, otoño e invierno sino por las actividades propias de cada temporada. Cada cierto período de años los ancianos advertían que los ciclos lunares se habían desfasado con relación al solsticio de invierno, y entonces se agregaba otra Luna más a la estación primaveral.
Claro que a nadie se le ocurría que aquel cuerpo esférico fuera una diosa; eso sólo puede ser una invención de los imperios, no de los pueblos sabios.
Los charrúas conocían las fases de la Luna y su regularidad como las conocen todos los pueblos que observan el cielo. Las Lunas llenas sucesivas marcaban el año lunar, a razón de tres Lunas llenas por estación, pero al llegar a cada solsticio de invierno se aumentaba una Luna para la estación siguiente. Las cuatros estaciones, claro, no se designaban como primavera, verano, otoño e invierno sino por las actividades propias de cada temporada. Cada cierto período de años los ancianos advertían que los ciclos lunares se habían desfasado con relación al solsticio de invierno, y entonces se agregaba otra Luna más a la estación primaveral.
Claro que a nadie se le ocurría que aquel cuerpo esférico fuera una diosa; eso sólo puede ser una invención de los imperios, no de los pueblos sabios.
viernes, 5 de julio de 2013
Leyenda: La Virgen de KA'AKUPE, Paraguay
Es el bosque sembrado de luces, de sombras, de chillidos y cantos. Es la tarde brillante de oros y verdes azulados. Es el paraíso para el muchacho indio que se ha internado en el monte en busca de maderas apropiadas para el trabajo. El indio ha salido de las Misiones con ese objetivo y recorre el monte observando los árboles, la magnificencia del paisaje, las luces, las sombras, los chillidos, los cantos. Los pájaros y los animales han llamado su atención y se ha alejado de las Misiones tal vez demasiado. El indio ha recogido algunas maderas que lleva consigo pero, extasiado ha ido de aquí para allá extraviando el camino. Esconde la madera que ha juntado en un sitio que le parece seguro y comienza a buscar el camino de regreso.
José es el nombre cristiano del indio. Se lo han puesto los misioneros al bautizarlo. José es joven y fuerte. Avanza seguro de sí mismo. Seguro de encontrar el camino de regreso. Pasan las horas y José no puede hallar el camino, tan denso es el bosque que se ha perdido. Ya no podría decir con exactitud ni tan siquiera dónde dejó las maderas que ha recogido para las tallas que se proponía encarar.
Ha aprendido el oficio de tallar la madera y todos en las misiones lo consideran un artista. José es feliz allí. Trabaja para sí inismo y para los demás. Aprende cosas nuevas. Honra a Dios y no le falta nada. ¿Qué más podría pedir?
José es el nombre cristiano del indio. Se lo han puesto los misioneros al bautizarlo. José es joven y fuerte. Avanza seguro de sí mismo. Seguro de encontrar el camino de regreso. Pasan las horas y José no puede hallar el camino, tan denso es el bosque que se ha perdido. Ya no podría decir con exactitud ni tan siquiera dónde dejó las maderas que ha recogido para las tallas que se proponía encarar.
Ha aprendido el oficio de tallar la madera y todos en las misiones lo consideran un artista. José es feliz allí. Trabaja para sí inismo y para los demás. Aprende cosas nuevas. Honra a Dios y no le falta nada. ¿Qué más podría pedir?
jueves, 4 de julio de 2013
Leyenda : La Khantuta, Bolivia
Tomado del libro Brujerías, tradiciones y leyendas, de Antonio Paredes Candia
Sentado en una oquedad andina, el dios menor Cuurmi, Arco Iris, lamentábase de su suerte. Soslayando su pena, lanzaba a los vientos, rato a rato, su liwiña tricolor, [la] que formando una gigantesca parábola iba a tocar la cúspide opuesta. Así mataba su tiempo; luego, cansado de su juego y de espectar la belleza que él mismo irradiaba, nuevamente recogía su liwiña para seguir rumiando su tristeza.
Es sin objeto la belleza que dura sólo instantes. ¿De qué sirve que yo sea el poseedor de todos los colores? ¿Por qué debo retenerlos en mí? ¡Oh! triste suerte del Dios
joven, cuya belleza es como un fuego fatuo. ¡Oh, padre Wiracocha, permite que este manantial guardado en mí, aquiete los afanes de belleza, que son sed de amor en esos pobres seres, tus mortales criaturas!
Sentado en una oquedad andina, el dios menor Cuurmi, Arco Iris, lamentábase de su suerte. Soslayando su pena, lanzaba a los vientos, rato a rato, su liwiña tricolor, [la] que formando una gigantesca parábola iba a tocar la cúspide opuesta. Así mataba su tiempo; luego, cansado de su juego y de espectar la belleza que él mismo irradiaba, nuevamente recogía su liwiña para seguir rumiando su tristeza.
Es sin objeto la belleza que dura sólo instantes. ¿De qué sirve que yo sea el poseedor de todos los colores? ¿Por qué debo retenerlos en mí? ¡Oh! triste suerte del Dios
joven, cuya belleza es como un fuego fatuo. ¡Oh, padre Wiracocha, permite que este manantial guardado en mí, aquiete los afanes de belleza, que son sed de amor en esos pobres seres, tus mortales criaturas!
miércoles, 3 de julio de 2013
Leyenda: El Walichú, Argentina
Decían los viejos tehuelches septentrionales que Walichú ó Háleksem había nacido en las tierras de Tandil, donde el accidentado terreno le servía de morada. Desde allí este espíritu maligno extendió su dominio por la Patagonia legendaria...
Es fuerte. Nada escapa a su aguda vigilancia ni a su poder: -¡Roba niños!- y la angustia paraliza a las indias madres. -¡Asusta y petrifica a las mujeres!- y los guerreros saben que sus flechas son inútiles contra él...
Aborígenes de distintas procedencias le han dado nombres diferentes: es gualichú para los quechuas, huecué para los mapuches, halpén para los onas, ieblon para los indios del sur, o hálekasem para los tehuelches. Pero siempre esa palabra se dice con miedos ancestrales.
Es fuerte. Nada escapa a su aguda vigilancia ni a su poder: -¡Roba niños!- y la angustia paraliza a las indias madres. -¡Asusta y petrifica a las mujeres!- y los guerreros saben que sus flechas son inútiles contra él...
Aborígenes de distintas procedencias le han dado nombres diferentes: es gualichú para los quechuas, huecué para los mapuches, halpén para los onas, ieblon para los indios del sur, o hálekasem para los tehuelches. Pero siempre esa palabra se dice con miedos ancestrales.
martes, 2 de julio de 2013
Leyenda: El Rio Hablador, Lima, Perú
Hace mucho, pero mucho tiempo, vivía en la cima celestial el dios sol, conocido también como Inti. Un joven de gran postura y sumamente bondadoso llamado Rimac, quien de cuando en cuando bajaba al mundo de los humanos a contarles bellas historias, por lo que era muy querido y reverenciado.
Un día que acompañado de los demás dioses miraba hacia la tierra por las ventanas del palacio dorado, vio que los llanos junto al mar eran azotados por una grave sequía; las hierbas, las flores y los árboles se marchitaban y los hombres y animales morían de sed.
Los dioses se alarmaron y acudieron al dios Inti, su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua.
Un día que acompañado de los demás dioses miraba hacia la tierra por las ventanas del palacio dorado, vio que los llanos junto al mar eran azotados por una grave sequía; las hierbas, las flores y los árboles se marchitaban y los hombres y animales morían de sed.
Los dioses se alarmaron y acudieron al dios Inti, su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua.
lunes, 1 de julio de 2013
Leyenda: El Quinto Sol, Nahua. México.
Fue durante el
quinto sol o la quinta era, bajo la adoración de Quetzalcóatl, que los dioses
nuevamente se reunieron para establecer una nueva especie humana que poblara la
tierra.
Fue cuando Quetzalcóatl
se dirigió al Mictlán y habló con Mictlantecuhtli, señor de la región de los
muertos. Le manifestó que venía en busca de los huesos preciosos que estaban
bajo su custodia.
Mictlantecuhtli no
deseaba entregar los huesos así que le pidió que hiciera sonar el caracol que
le ofrecía y que efectuara cuatro vueltas alrededor del círculo interior. Pero
el caracol no tenía agujero alguno por donde Quetzalcóatl pudiera entrar a
darle vueltas. Entonces llamó a los gusanos para que practicaran huecos de los
lados rotos y solicitó a las abejas que entraran e hicieran sonar el caracol.
Al oírlo, a Mictlantecuhtli no le quedó más remedio que entregar los huesos.
Inmediatamente se arrepintió por que los huesos pertenecían a las
generaciones pasadas y su lugar estaba allí. Ordenó a los dioses del Mictlan
que los recuperaran; pero Quetzalcóatl no cedió y al encaminarse hacia donde
estaban aquellos huesos envió a su Nahual (su doble) y les hizo creer que
volvía para regresarlos.
Estaban por
separado los huesos de mujer y los huesos de hombre, sólo era cuestión de
amarrarlos y se los llevó.
El señor de los muertos estaba inquieto preguntándose donde estarían los
huesos. Quetzalcóatl descendía ya del Mictlan. Mictlantecuhtli pensó que aun
era tiempo de recuperar los objetos preciosos y ordenó a sus servidores cavar
un hoyo.
Presurosos se
adelantaron a Quetzalcóatl, quien cayó muerto en sus profundidades. Había
soltado los huesos, que se esparcieron por la superficie. Las
codornices que por ahí pasaron los royeron todos y no dejaron uno con forma. Al
rato resucitó Quetzalcóatl; angustiado hablaba con su Nahual. Decidieron que la
cosa resultara como fuera.
En Tomoanchan le
esperaba la
doncella Quilaztli. Ella molió los raídos huesos y los colocó
en una bella vasija mientras Quetzalcóatl descansaba de su misión. Entonces se
reunieron los dioses y Quetzalcóatl vertió su sangre sobre el polvillo. Todos
hicieron penitencia y al fin decretaron el nacimiento de los macehuales...
domingo, 30 de junio de 2013
sábado, 29 de junio de 2013
Leyenda: Así nació el Orinoco, Etnia Yekwana, en Colombia y Venezuela
Al principio del mundo y de los hombres, sólo había un río de agua dulce
en la Tierra: Kashishiwari. Wanadi, el Creador, lo quiso así.
Las fuentes de Kashishiwari
estaban en la montaña divina del Marawaca. Allí fue donde nació todo: el agua,
las plantas y los animales. Wanadi creó a los hombres, los creó Yekwana en el
Alto Padamo. No había otros hombres en la Tierra...
Pero los Yekwana recién creados
se morían de sed. No existía agua, el Orinoco no existía todavía. No había más
que el Kashishiwari.
Los Yekwanas enviaron a
Kashishi, la Hormiga
Divina del Cielo, a buscar agua en la tierra seca. En el
cielo, Kashishi tenía mucha agua.
Kashishi dijo que había traído
agua a la Tierra; pero estaba muy lejos. Kashishi viajó una luna, dos lunas...
Los Yekwana, esperando, morían. A la tercera luna Kashishi llegó a su agua. Era
un río grande como el mar, sonaba como el mar, había olas como en el mar.
Kashishi indicó a los Yekwana el camino de Kashishiwari. Los Yekwana dejaron de
morir de sed. Pero el agua de la vida estaba lejos.
Mahamona, el gran brujo, oró
a Wanadi. Wanadi, compasivo, trazó con dos dedos de su mano derecha, un gran
surco de este a oeste. Cortando en su cabecera al Kashishiwari que bajaba de
arriba (norte) abajo (sur), formó al hijo Orinoco y sus afluentes. El agua
única del único Kashishiwari comenzó a correr en ese surco divino:
Así nacieron el Orinoco y los
demas ríos.
Todo nació del Kashishiwari.
Desde entonces, los Yekwana no tuvieron sed.
El Orinoco es un surco del
dedo de Wanadi.
lunes, 24 de junio de 2013
Leyenda: El Dueño de la Luz, Etnia Warao, Venezuela
..."el pueblo de
las aguas". Por Edo Monagas.
Y fue que el padre no pudo soportar tanta gente dentro y
fuera de su casa que de un fuerte manotazo rompió la caja y la lanzó al
cielo. El cuerpo de la luz voló hacia el Este y el torotoro hacia el Oeste. De
la luz se hizo el sol y de la caja que la guardaba surgió la luna. De un lado
quedó el sol y del otro la luna, pero marchaban muy rápido porque todavía
llevaban el impulso que los había lanzado al cielo, los días y las noches eran
cortísimos.
En un principio, la
gente vivía en la obscuridad y sólo se alumbraba con la candela de los maderos.
No existía el día ni la noche.
Había un hombre warao
con sus dos hijas que se enteró de la existencia de un joven dueño de la luz. Así , llamó a su hija
mayor y le ordenó ir hasta donde estaba el dueño de la luz para que se la trajera. Ella tomó
su; mapire y partió. Pero eran muchos los caminos y el que eligió la llevó a la
casa del venado. Lo conoció y se entretuvo jugando con él. Cuando regresó a
casa de su padre, no traía la luz; entonces el padre resolvió enviar a la hija
menor.
La muchacha tomó el
buen camino y tras mucho caminar llegó a la casa del dueño de la luz. Le dijo al joven que
ella venía a conocerlo, a estar con él y a obtener la luz para su padre. El
dueño de la luz le contestó que la esperaba y ahora que había llegado,
vivirían juntos. Con mucho cuidado abrió su torotoro y la luz iluminó sus
brazos y sus dientes blancos y el pelo y los ojos negros de la muchacha. Así , ella
descubrió la luz y su dueño, después de mostrársela, la guardó.
Todos los días el
dueño de la luz la sacaba de su caja para jugar con la muchacha. Pero ella
recordó que debía llevarle la luz a su padre y entonces su amigo se la regaló. Le llevó el
torotoro al padre, quien lo guindó en uno de los troncos del palafito. Los
brillantes rayos iluminaron las aguas, las plantas y el paisaje.
Cuando se supo entre
los pueblos del delta del Orinoco que una familia tenía la luz, los warao
comenzaron a venir en sus curiaras a conocerla. Tantas y tantas curiaras con
más y más gente llegaron, que el palafito ya no podía soportar el peso de tanta
gente maravillada con la luz; nadie se marchaba porque la vida era más
agradable en la claridad.
Entonces el padre le pidió a su hija menor un morroco pequeño y
cuando el sol estuvo sobre su cabeza se lo lanzó diciéndole que era un regalo y
que lo esperara. Desde ese momento, el sol se puso a esperar al morroco. Así,
al amanecer, el sol iba poco a poco, al mismo paso del morroco.
viernes, 21 de junio de 2013
Leyenda Los Cuatro Soles, Náhuatl. México.
Cuando los dioses ya habían creado la tierra,
el agua y el fuego, los dioses de la región de los muertos, Mictlán, se
pusieron muy contentos por todo lo creado. Sin embargo se dieron cuenta de que
el sol no les había quedado bien pues alumbraba muy poquito y no calentaba. Fue
entonces cuando se reunieron en consejo para crear de nuevo al sol.
Tezcatlipoca Negro se ofreció para ser el sol
y empezó a alumbrar la
tierra. Este fue el primer sol o la primera era.
Pero Quetzalcóatl al verlo sintió deseos de
ser él quien alumbrara al mundo; corrió hasta donde estaba Tezcatlipoca Negro y
lo derribó del cielo con un fuerte golpe. Al caer éste al agua Quetzalcóatl se
hizo sol. Este fue el segundo sol.
Tezcatlipoca Negro, que tenía la habilidad de
convertirse en tigre, lo derribó de un zarpazo y seguidamente se comió a unos
gigantes que vivían en la
tierra. Furioso , Quetzalcóatl soltó los vientos y ciclones.
La gente corría asustada, gritaban que si
fueran animales tendrían la facilidad de huir a los montes. Y los dioses los
convirtieron en monos.
Como ya habían inventado dos veces al hombre,
estaban muy desanimados. De repente Tláloc les manifestó que él sería el sol. Y
en seguida alumbró la tierra.
Este fue el tercer sol.
Todo parecía marchar bien; más ocurrió que
siendo el dios de la lluvia, Tláloc hizo que cayera fuego del cielo
convirtiendo a los ríos en llamas que brotaban de los volcanes. La gente corría
muerta del susto y gritaba por todas partes que ojalá fueran pájaros para
alejarse de ese calor.
Confundidos por el desorden, los dioses
transformaron a las personas en gaviotas, golondrinas, tzinzontles y muchas
otras aves de diversos colores y tamaños para que se salvaran.
Los dioses se preguntaban que hacer y fue
cuando Quetzalcóatl propuso a Chalchiutlicue, diosa del agua, para fungir como
astro solar. Este fue el cuarto sol.
Tampoco dio resultado pues sólo hubo
inundaciones y lluvias y los hombres pedían ser peces para salvarse. Así los
dioses los convirtieron en peces y en todos los animales que existen en el agua
de los mares, lagunas y ríos. Como llovió por días y días, el cielo cayó sobre
la tierra. Quetzalcóatl y Tezcatlipoca Negro se convirtieron en árboles para
levantarlo.
Los dioses quedaron muy tristes porque habían
fallado en su intento de crear al sol y por añadidura, habían acabado con la
raza humana.