CUARTO PUESTO: “Una Niña Huérfana”
En un lugar de la sierra vivía una niña llamada María. Sus padres, Ana y Roberto eran buenos y trabajadores. Todos los días salían a trabajar vendiendo fruta y lavando ropa respectivamente; pues eran muy pobres. Un día de esos llovió tanto que llegaron a su casa completamente mojados; la niña los recibió y como buena hija los atendió.
Sus padres se pusieron tan enfermos que cada día que pasaba amanecían peor. Esa lluvia les afectó tanto que les dio neumonía. La niña corría todas las mañanas a verlos y a saludarlos; pero, una mañana se levantó más temprano que nunca y fue a abrazarlos y los encontró fríos. Al ver esto les trajo un té muy caliente, carboncitos encendidos de su leña, que los colocaba alrededor de su cama, frazadas, tratando de abrigarlos y los llamaba y los llamaba pero todo fue en vano. Ellos ya no respondieron a sus gritos ni a su llanto, habían muerto.
María se quedó sola y muy triste, completamente triste, nadie podía calmar su llanto ni su dolor. Todos los días lloraba por sus padres a pesar de que los vecinos la cuidaban y hasta la pusieron a la escuela.
Los vecinos se turnaban para darle de comer a la niña; pero cuando llegaba al noche la pequeña volvía a quedarse sola y sentía más la ausencia de sus papitos y le faltaba el cariño de ellos.
Un día cuando iba a la escuela, pensaba en que el segundo domingo de mayo ella no abrazaría a su mamita, mientras que el resto de sus compañeritos sí, y lloraba desconsoladamente, sólo la escuchaban sus amiguitos, los árboles y los pajaritos que estaba en su rama y las flores y las mariposas que revoloteaban por el camino; sólo con ellos conversaba. En un momento de descuido se resbaló y tropezó con un piedra muy grande y se fue rodando por el cerro hasta que se desmayó; al despertar, la niña se encontró con todos los animalitos y muchos niños de diferentes edades que estaban haciendo una ronda a su alrededor y reían y cantaban muy lindo. En ese momento la niña ya no sintió más frío ni estuvo sola ni tuvo hambre, ya la tristeza había desaparecido; sentía algo raro y era la alegría y felicidad que jamás pudo explicar ni contar a nadie, sólo supo que no volvería a sentir miedo ni a estar sola.
En su pueblo, sus buenos vecinos seguían pidiendo colaboración para María, pero esta vez ya no gastaron en sus estudios ni su comida. Ahora será para comprarle una cajita muy blanca como su alma y una rosa roja para que al fin abrace a su madre.
Código: 2003 CCLI B
Titulo: UNA NIÑA HUÉRFANA
Autor DIANA VANESSA CHAVARRY VILLANUEVA
Seudónimo VANY
Puesto CUARTO PUESTO
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Institución INTERAMERICANO
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