TERCER PUESTO: “El Gallito y el Viajero”
Un hermoso gallito, vivía rascando en el huerto de su casa, para lograr encontrar algo de comer, de tanto rascar, encontró una “talega” y dijo ¡Oh! ¿Qué será? ¿Será comida o será dinero?. Al descubrir que la bolsa contenía dinero, decidió comprar maíz para comer con su familia. Para ello, tenía que ira a la gran ciudad, lo cual era muy peligroso para él y lo mejor pensó encargar con alguien; todos los días esperaba al borde del camino para ver pasar a alguna persona y así mandar comprar su maíz; de pronto pasó un viajero, le dijo, señor, por favor le encargo mi dinero para que me compre maíz. El viajero le contestó amablemente, mi gran amigo con mucho gusto lo haría, pero yo voy en busca de trabajo y quizá no regrese pronto; si deseas vamos conmigo y comprarás tu maíz, sube al lomo de mi burro y con gusto te llevaré.
El gallito aceptó la oferta del viajero y juntos emprendieron el largo viaje rumbo a la gran ciudad. El camino no fue fácil, los dos amigos tuvieron que enfrentar muchos problemas, en el camino se encontraron con una brava y gran laguna de aguas muy oscuras y pensaban que la laguna les iba a “comer” porque sabía que toda persona que por allí pasaba, desaparecía, el gallito con gran valor le dijo a su amigo, no temas, yo lo arreglaré; se acercó muy despacio a la laguna diciendo: Lagunita, tranquilízate, que te voy a llevar en mi buche y la laguna desapareció, los amigos continuaron su camino.
Luego de unas horas de caminar se encontraron con un salvaje y feroz león que les amenazaba comer, nuevamente el gallito acercándose al feroz animal le dijo: Leoncito, leoncito, tranquilízate que te voy a llevar debajo de mi ala, y los amigos siguieron caminando hasta llegar a la casa de un gran hacendado rico y millonario, malo y arrogante. El viajero respetuosamente le dijo, señor vengo a buscar trabajo y mi amigo desea comprar maíz para llevar a su casa, por favor dijo el gallito, véndame un saco de maíz tengo dinero para pagar.
El arrogante hacendado le contestó, gallo hambriento y mal educado, no te daré ni un grano de maíz y ordenó a sus empleados dejarlo en el corral para que lo coman los chanchos. El gallito al verse en peligro sacudió sus alas y soltó a su león y mató a todos los chanchos del corral.
A la mañana siguiente los empleados fueron al corral y todos los chanchos estaban muertos, el gallo estaba feliz cantando, no le había pasado nada. Inmediatamente corrió la noticia al hacendado, los chanchos todos están muertos y el gallo está vivo. El hacendado muy molesto e indignado dijo, es un gallo brujo, no es posible que haya matado a todos mis animales; nuevamente ordenó calentar el horno con mucha leña hasta que esté al rojo vivo, y me avisan para yo mismo echarle a este gallo brujo, de esta no puede salvarse. El malvado hombre cogió al gallito y echo dentro del horno, el pequeño, inmediatamente soltó del buche su laguna de agua que enfrió el horno e inundó todo el pueblo, el hacendado y su gente murieron y los inseparables amigos continuaron su viaje.
Era muy tarde, tenían mucha hambre y frío, de pronto vieron a lo lejos una luz, se dirigieron a esa; era una casa de ladrones, como estaba vacía decidieron llegar para quedarse, descansar y comer algo; luego de saciar su hambre, los amigos se fueron a descansar: el viajero tomó la habitación principal, el gallito subió a lo alto del techo de la casa, el burro se quedó en la puerta del corral y el león durmió junto al fuego en la cocina.
Al mediar la noche llegaron los ladrones, dijo el primero dejaré los toros en el corral, yo iré a prender el fuego para cocinar la carne dijo el otro; pero al acercarse al fuego, el gran león saltó aruñándole la cara; el ladrón muy asustado salió corriendo, al encontrarse con su compañero le dice: junto al fuego hay una bruja muy grande que me ha aruñado la cara , el otro ladrón contestó, en la puerta del corral hay un hombre con patas de palo que de cada patada me hizo volar y en el techo de la casa hay un juez que dice kiri, ki, ki, kiri, ki, tráigalo aquí , los ladrones muy asustados corrían y corrían pensando que eran las autoridades del pueblo, hasta que en la oscuridad de la noche cayeron por un barranco y murieron.
A partir de ese momento los inseparables amigos: el gallo, el viajero, el burro y el león se quedaron en la casa que tenía mucha riqueza y manjares y juntos vivieron felices por el resto de sus vidas.
Fin.
Código: 2003 CCLI B
Titulo: EL GALLITO VIAJERO
Autor CLARIBEL PALOMINO SANDOVAL
Seudónimo ESCORPIO
Puesto TERCER PUESTO
Comentario
Institución ANTONIO GUILLERMO URRELO
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