LA CASA EMBRUJADA
Pedro, un niño un poco flojito para el estudio, pero de buen corazón vivían en San Isidro, un pueblo muy lejano, donde existía una casa hermosa en la que moraba un anciano millonario y al que todos le reclamaban que era un malo porque nunca compartía su fortuna con los pobres, pero la gente no lo tomaba en cuenta y llevaban una vida feliz sin preocuparse por él.
Un 8 de agosto del año 1933 era un día frío y el anciano muere por haber sufrido la enfermedad de derrame cerebral, pocos fueron a su velorio porque él había sido malo.
A partir de esa misma noche en la casa del anciano comenzaron a escucharse a escucharse gritos espantosos que no dejaban dormir a los habitantes del pueblo y especialmente a los niños.
Al día siguiente de la muerte del anciano uno niños se encontraban jugando pelota cerca de la puerta de su casa, pero como jugaban fuerte, Juan pateó y la pelota entró a la casa por la ventana rompiendo los vidrios, nadie quería entrar a sacar la pelota, todos se fueron a sus casas y como ya era hora de almorzar y Pedro, tenía que enseñar la pelota a su madre, entonces decidió entrar a sacarla. Pedro tenía mucho miedo pero aún así tenía que entrar y, luego de tomar valor y persignarse por tres veces, con muchas agallas entró a la casa, después de haber pasado la puerta de ingreso escuchó un ruido muy fuerte y se dio cuenta de que estando adentro todo era oscuro, él sólo veía su pelota. Pedro corrió para recogerla, y ésta se puso a rodar, pero Pedro la seguía hasta que se paró en una recámara muy fea, cogió Pedro a su pelota y se fue a abrir la puerta y en el camino escuchó una voz que le decía:- “Vuelve Pedro no tengas miedo, yo soy tu amigo, yo soy tu amigo” – y Pedro asustado intentó salir por la ventana, pero tampoco lo logró, porque también estaba cerrada.
Pasaba el tiempo y Pedro ya no resistía más estar en la casa y empezó a gritar: - “Auxilio, saquéenme de acá, ya no soporto más ”.
Su madre, preocupada al enterarse que su hijo había entrado en aquella casa, y aún no regresaba, decidió pedir ayuda, ella y el papá de Pedro contrataron a cinco investigadores, quienes ingresaron a la casa, y al entrar dentro, sucedió lo mismo, se cerraron las puertas y encontraron al frente de ellos a Pedro llorando por el miedo y el frío que hacía en la casa, por lo que decidieron sacarlo y quedarse solos para descubrir el misterio, pero se dieron cuenta que ya no podían salir y veían que empezaron volar las cosas y los cinco investigadores llevaron a Pedro con ellos a la recámara donde dormía el anciano, ahí la cama se convirtió en la cara del anciano que les decía- “salgan de este lugar, es peligroso para ustedes”- y los investigadores se contestaron:
- Pedro saldrá y nosotros nos quedaremos a descubrir este misterio, entonces la cara tuvo cólera y comenzó a tirarles cosas, tratando de matarlos. Al ver que pasaba el tiempo y nadie salía de la casa, el padre de Pedro reunió a las mayores autoridades del pueblo para rescatar a su hijo y a los investigadores. Siendo el día 10 de agosto frente a la casa se reunieron todas las autoridades junto con los pobladores, quienes se encontraban armados con palos, picos, palas, piedras y gritaban- ¡ “hay que demoler la casa salvemos a Pedro”! – y cuando se disponían a romper la puerta… la mamá comenzó a gritar- ¡Pedro levántate!, ¡ya es hora que vayas al colegio!, ¡apúrate que te haces tarde!, ¡no seas dormilón!, entonces Pedro se despertó y se dio cuenta que todo había sido un mal sueño y se alegró al ver que nada de eso era verdad.
Después, cuando Pedro se dirigía a su colegio, en el trayecto pasó por la casa del anciano millonario, lo miró y después de saludarle le regaló una manzana, el anciano no se sorprendió de lo que hizo el niño pero en el fondo se alegró.
Todos los días Pedro llevaba una fruta para darle al anciano porque no quería que nunca pase lo que había soñado y así empezaron una linda amistad, el anciano poco a poco fue cambiando y tomando el ejemplo del niño que supo compartir su fruta con él, el anciano empezó a compartir todo lo que tenía con su pueblo y pasó a ser muy querido por todos.
Y colorín colorado el sueño de la casa embrujada ha terminado.
Nombres y Apellidos: Marcos Adrián Guevara Cotrina.
Edad: 8 años
Seudónimo: El Escritor.
Categoría: A.
Centro Educativo: “Segundo Cabrera Muñoz”.
Puesto: Tercero
No hay comentarios:
Publicar un comentario