LA CARACOLITA QUE QUERÍA CASARSE
Había una vez una caracolita de color rosa, una mañana dijo a su madre: mamá yo casarme. Bueno dijo la caracolita. Ven para que te ponga bonita y la llevó a un charco para lavarle la cara: le pinto sus labios de color de sangre; le puso un traje nuevo y moñito azul sobre la cabeza, y le dijo: vete a la calle para que busque un novio, como te verán bonita todos van ha querer casarse contigo, tu escoges. Madre a cual debo escoger al que se a mejor marido. Y ¿Cuál será el mejor marido? El más trabajador.
Después la madre explicó a su niña que toda caracolita debe buscarse un compañero que sea, muy trabajador, para que el construya una casa bonita y la lleve cargada sobre su espalda.
La caracolita salió a buscarse un compañero, cantando y abriendo los ojos. A la orilla del camino estaba un topo gris, callado, cavando su casa entre los surcos del sembrío. Buenos días señor topo, buenos día caracolita. ¿Qué está usted haciendo?, trabajando, niña, trabajando....
La caracolita , la pobre, vio el pelo, gris y los ojos opacos de su amigo topo, olía a sudor y mugre; pero era muy trabajador y sabía construir su casa. Ella tuvo miedo de pasar la noche a su lado. Corrió, corrió, corrió hasta que se encontró con un caracol que caminaba despacito, arrastrando su casa de cristal sobre la espalda.
¡Buenos días! Señor caracol. Buenos días caracolita, ¿Qué está usted haciendo?, trabajando. La caracolita tuvo miedo otra vez, miedo de pasar los días al lado de aquel caracol trabajador y huraño.
Que fea es la gente que trabaja, pensaba. Yo no me casaré nunca. Pensando, pensando, se le vino la noche encima. Como estaba cansa, se sentó a la entrada del bosque, tenía tanta tristeza que se le notaba en los ojos. De pronto una música suave y alegre le atajó el llanto: detrás de los matorrales alguien tocaba el violín y cantaba un cancioncilla.
Cuando estuvo cerca se encontró con un grillo joven que tocaba su violín y daba saltitos.
Que grillo tan lindo y alegre sería un magnífico marido, la vida sería bella a su lado, siempre oyendo su música y siguiendo sus danzas. Buenas noches, señor grillo buenas noches caracolita. ¿Qué está haciendo?, bailando.
La caracolita pensó con ilusión: si este grillo supiera trabajar. Y cuando no bailas, qué haces, cuando no bailo, canto. Y cuando no cantas y bailas, ¿Qué haces?. Cuando no canto, ni bailo, toco mi violín. Y cuando no cantas, ni bailas, ni tocas tu violín ¿Qué haces? Cuando no canto, ni bailo, ni toco mi violín, me echo a dormir y sueño que estoy bailando, cantando y tocando mi violín. La angustia empezaba a hacer un nudo en la garganta de la caracolita. Pero no trabajas nunca, no, caracolita. Dios me cuida, si yo trabajaría con mis brazos, se me cansarían los brazos y luego no podría tocar mi violín.
Podrías trabajar con las piernas, no si yo trabajaría con las piernas se me cansarían las piernas y luego no podría bailar. Con la boca. No caracolita, no si yo trabajaría con la boca, se me cansaría y no podría cantar.
Es triste, se quedo pensando la caracolita, que cuando ella encontraba alguien con quien le gustaría casares, él no sabía trabajar, sus ojos volvían a ponerse lloroso, y pensó en las palabras de su madre, un hombre trabajador, para que te haga tu casita. De pronto, su corazón comenzó a salpicar ilusionando si no fuera por la casa, ella misma podría construirla.
Grillito quieres casarte conmigo, casarme contigo, no me encuentras bonita, si me gustas mucho. Pero y donde vamos a vivir no te apures por eso grillito yo lo arreglaré todo.
Presurosa se fue a la huerta y cortó una calabaza grande con mucho cuidado, alegre, le sacó las tripas, y la pinto de rojo, hizo en la parte de arriba una puertecita por donde entraba el sol en las mañanas y en la noche la luz de las estrellas.
Se casaron los dos y vivieron felices.
NOMBRES Y APELLIDOS: Yanira Pastor Ríos
SEUDÓNIMO : Palomita
CENTRO EDUCATIVO : Aulas Abiertas –de Vuelta a la Escuela CEGECOM
PUESTO : Segundo
CATEGORÍA : C
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