Tomado de Falsaria
Transcrito por Ruth Vásquez
Pasó su vida en busca de la perfección,
desde los primeros dibujos escolares, los cuales debían armonizar entre líneas
y colores.
Durante sus estudios jamás aceptó como
válida una nota que no fuera excelente y, gracias a esa capacidad consumada, se
convirtió en un profesional intachable.
Sus empleados padecieron su furor por la
excelsitud y terminaron en la calle ante el mínimo desliz. Éxito y fama
llegaron como lógico resultado, como así también la
completa soledad: las
mujeres que intentaron acercársele mostraron demasiados puntos débiles y
difusos que atentaron contra su existencia impecable.
En la senectud decidió que el mundo
merecía aprender lo que era una vida de perfección y pasó los últimos años
escribiendo sus memorias, pero nunca estuvo conforme con los textos que
narraba.
Su libro fue publicado post
mortem, con el título de “El manual del idiota perfecto”. Fue un best
seller.
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