Transcrita por Ruth Vásquez
El cacique de Iraca y su sobrino Ramiquirí gobernaban sobre
la tierra en una noche absoluta.
Para resolver la situación, el cacique de Iraca decidió que
su sobrino ascendiera sobre los cielos y trajera la luz. Este se dirigió
vertiginosamente hacia las alturas y de pronto se transformó en un astro
incandescente y luminoso: Ramiquirí se había convertido en el sol.
Pero su tío no estaba satisfecho del todo pues una parte del
día se hallaba aun en tinieblas y esto le recordaba a la humanidad, con miedo y
tristeza, la época en que todo era tinieblas.
Fue entonces cuando el cacique de Iraca resolvió hacer lo
mismo que su sobrino, perdiéndose en la bóveda celestial.
Y se convirtió en un astro de luz más tenue: la Luna. Su luz
servía para alegrar a la gente durante la ausencia del sol.
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