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-¡Muchachos, aquí todos, vengan a escuchar al mar!
Facundo Gabriel, con una caracola junto a su oreja,
gritaba, vengan escuchen al mar; el barullo que se armó fue tremendo, había
pedido que se la colocaran junto a su oído, todos se “peleaban” por hacerlo, pidió
orden y uno a uno escucharon al mar. Estaban sorprendidos.
Cuando llegó la profesora, respetuosa del pensar
infantil, pero también de la realidad científica, hizo que los niños tomaran
asiento e inició la explicación:

La sorpresa seguía. Los niños, repreguntaron a la
profesora y ella iba absolviendo las dudas. Parecía haberlos convencido, en eso
Facundo Gabriel, dijo:
-Profesora, en
la clínica, el otro día, el médico, con un estetoscopio, me hizo escuchar el
sonido que hace el corazón en el pecho de mi mamá, luego colocó el aparatito en
mi pecho y pude escuchar el mío, le digo que los dos sonaban igual, así como el
sonido del mar parece estar metido en una caracola, el sonido de mi madre está
metido en mi corazón.
Un hermoso mensaje, gracias Antonio
ResponderEliminarEducarte #Cuentos: Desde Cajamarca, Perú, los invitamos a #leer este pequeño relato de #Antonio_Goicochea cuyo mensaje estamos seguros les gustará...
ResponderEliminarFacundo Gabriel es el nombre de mi décimo nieto, nació el 16 de febrero, ficcionando me lo imaginé ya en la escuela.
ResponderEliminarMuy tierno profesor.
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